El estrés y su efecto en nuestra piel

El estrés es un tema que vivimos día a día, éste nos puede afectar en muchos ámbitos y uno de los más importantes es nuestra salud. Pero en su mayoría lo relacionamos con dolores de cabeza, estómago, taquicardia, insomnio, agotamiento, dolores de espalda, entre otros. Y dejamos de lado o desconocemos el efecto o las consecuencias que puede provocar el estrés en nuestra piel.

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y en muchas ocasiones no le tomamos la importancia que deberíamos. Utilizamos diversos productos en el afán de mejorar su estado o hidratación, pero en algunas ocasiones no obtenemos los resultados esperados, ya que no hemos eliminado el factor principal que perjudica nuestra piel: el estrés.

Nuestro organismo está totalmente conectado con el sistema nervioso central y el sistema circulatorio y la piel no está exento a esto. Por lo cual, cualquier alteración en nuestro cuerpo, puede liberar una serie de hormonas, las cuales pueden repercutir directamente en el estado general de nuestra piel, provocando sensibilidad, reacciones alérgicas, inflamaciones, cambios en el tipo de piel, desnutrición, entre otros.

El estrés puede provocar diferentes síntomas en la piel como sudoración excesiva, resequedad, alergias, alteraciones en la textura y el tono, brotes acneicos, rojeces, dermatitis, entre otros. Una piel con estrés se nota más apagada, pálida, sin luminosidad, se pueden acentuar las manchas o brotes los cuales no sabemos explicar su aparición. Al persistir estas condiciones en la piel se pueden acentuar las arrugas, pueden aparecer ojeras o acelerar el proceso de envejecimiento.

Y entonces nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer para solucionar este problema

El primer paso para mejorar la salud en la piel es deshacerse del factor desencadenante o por lo menos disminuirlo o controlarlo, mejorando nuestros hábitos de vida, como lo son:

~ Dormir bien, esto implica descansar (es un hábito fundamental, ya que por la noche nuestro cuerpo se regenera)

~ Alimentarnos adecuadamente, consumiendo frutas y verduras las cuales nos brindarán los nutrientes necesarios para la piel.

~ Hidratarnos, ingiriendo la cantidad de agua o líquido recomendado (2litros de agua aproximadamente)

~ Realizar actividades recreativas (deporte, hobbies, meditación, etc), que nos contribuyan a controlar o disminuir el estrés.

~ Utilizar productos de limpieza e hidratación de la piel adecuados para cada tipo de cutis

~ Uso diario de filtro de protección solar.

Esperamos que estos consejos te ayuden a mejorar tus hábitos de vida y ha tener una piel sana. 

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